domingo, enero 24, 2010

Un poco de marketing

Hay muchos productos que en ciertas ocasiones pueden quitar penas como un chocolate, un trago, un par de zapatos nuevos y otros que no cuestan nada, como un piropo inesperado, una canción, conversar con un amigo o ver una peli divertida. En pocos meses he descubierto un par de productos que llevan el nombre de quitapenas y la verdad me parece que están sobrevalorados.

¿Muñeca quitapenas?

En noviembre, mi tía al verme un poco más sensible que otros días decidió regalarme una muñeca quitapenas, que consiguió en una de estas tiendas hippie de bienestar. Es una muñeca de trapo del tamaño de un dedo, parece una muñeca vudú pero no le tienes que poner ningún alfiler, supuestamente es para contarle tus tristezas por la noche y ponerla debajo de tu almohada. Te desahogas con la muñeca y luego duermes con tranquilidad. La muñeca durmió un par de noches bajo mi almohada por compromiso, pero como no le llegué a tener confianza, no pude romper la barrera del hielo. Ahora está a un lado de mis libros acompañando la decoración de mi cuarto. En conclusión, no soy tan supersticiosa como pensé.

¿Moscatel quitapenas?

Mi madre preparó un postre con galletas el día de hoy. Sumergió las galletas en un moscatel que tenía el nombre de “Quita penas”. El dichoso moscatel no le aportó un gran sabor a las galletas, más bien le quito el sabor al postre y a mí, la alegría del dulce dominguero. No me corro a los postres con licor, pero este moscatel con chocolate no pegaba ni con UHU.

¿Las penas con pan son menos?

Esa frase nos da carta libre a los glotones, que utilizamos golosinas, pastas y otras grasas trans para evadir nuestra depre y devorar todo lo que pase por nuestros ojos. Tampoco me termina de convencer porque la pena desaparece pasajeramente y de nuevo, cuando quieres ponerte esa ropa ajustada te das cuenta de que no cierra la cremallera por culpa del atracón que te diste varios días a modo de terapia.

¿Pena de a dos es menos atroz?

Depende como apliquemos esta frase, si es que se trata de juntar señorita “X” con pena y señorito “X” con pena, me parece contraproducente. Dos personas no pueden de servirse de terapia la una a la otra. Aunque a veces señorita “X” con pena puede encontrar a un señorito “X” sin pena y pasarla bien, o viceversa claro. Las citas, los encuentros casuales y el sexo pasajero pueden quitar la pena momentáneamente pero son herramientas de evasión nada más.

Si llevamos esta frase al contexto, de que un amigo(a) escuche, esté al lado de la señorita “X” con pena, si tiene sentido. Creo firmemente que la amistad lo puede todo pero también estoy segura que la pena no se quita porque uno quiere, ni con mil y un artilugios. La pena se va de a pocos, así como viene (sin invitación) se va. Sin que nos demos cuenta, un día volteamos y ya no está.





viernes, enero 08, 2010

No me importa Lima

Al principio no estaba segura de volver a Lima, solo habían pasado 8 meses de mi partida y tenía una mezcla de sentimientos debido a los cambios que experimenté desde mi llegada al suelo español. En mi caso todas las personas y los lugares que conocí, además de las situaciones por las que pasé hicieron que algo (por más pequeño que sea) cambie en mi interior.

Mi pasaje se compró con dos meses de anticipación cuando todavía no estaba convencida pero no se podía desaprovechar la oferta. Sabía que la vida de los que me rodeaban continúo, mientras que yo al otro lado del charco quedé fuera de la foto. Regresar me generaba ansiedad pero algo cambio conforme se iba acercando el día de mi viaje, mis ganas aumentaron al imaginar todo lo bueno que viviría allí, como repartir y sentir los abrazos de mis más íntimos, reír acompañada de los sobrinos y las primas, observar la cara de alegría de mi abuela y brindar con los amigos por una y mil razones.

No quería perderme de ese sinnúmero de momentos agradable y por eso quise que el tiempo se desvaneciera para estar en casa pronto. Cuando tenía todas las ganas de volver me dieron un baldazo de agua fría, la aerolínea que elegí quebró a una semana de mi viaje, y quedé totalmente sorprendida. A veces pienso que debería estar acostumbrada a los giros inesperados pero quién puede.

Apenas me enteré por televisión que no podía volar, me programé cual robot repitiendo “Está bien, así será”. Sin embargo, después que todos los recursos posibles fueron agotados y solo quedó presentar el reclamo, liberé mi desilusión el tiempo necesario para luego recoger todas mis ganas de reencontrarme con mis entrañables limeños de aquí a un tiempo.

A continuación detallo la lista (por verbo de acción) de aquello que quería y debía hacer una vez que pisara el aeropuerto Jorge Chávez.

Comer:

Una hamburguesa mexicana en el Bembos (Plaza San Miguel)

Un tiradito en el Canta Rana (Barranco)

Un sandwich de jamón del norte en el Juanitos (Barranco)

Un arroz chaufa en el chifa Luna Nueva (Jesús María)

Una flauta francesa en el San Antonio (Magdalena)

Una pizza con funghi y prosciutto en Antica (San Isidro)

Un helado de manjar y guanábana en el Specialle (Magdalena)

Lo que sirvieran en el matrimonio de mi mejor amiga

Tomar:

Un chilcano en el Bolivariano (Pueblo Libre)

Un pisco sour catedral en el Bolivarcito (Centro de Lima)

Un capitán en el Juanitos (Barranco)

Unas cervezas en el Superba (Lince)

Más chelas en los diferentes huariques de la Plaza San Martín

De todo en el matrimonio de Silvia

Bailar:

Rock y punk en el Directorio (Centro de Lima)

Las canciones de Rafaella Carrá y Alaska en el Legendaris o el Downtown (Miraflores)

La música del grupo cinco y otras cumbias en el Bolivariano (Pueblo Libre)

Merengue, salsa, rock, etc en el matri del 2010.

Visitar a:

Las SUPER MUJERES FEMENINAS E INTELIGENTES (mis mejores amigas)

Mis sobrinos queridos, mis primas y mi abuela

Mi hermanita Ivette

Mi íntimo compinche blogger, incluyendo a sus amigos vampiros, caviares y normales

Mis compis de periodismo Lore y María Alejandra

Avendaño y a la Flaca para atropellar a un mocoso antes de fin de año

A mis amigos de tenedores Milanta y Peter

Aquellos que quisieran ver mi lindo rostro

Como lo mejor se tiene que hacer esperar con un poco de paciencia, en menos de lo que espere (como es costumbre) estaré en Lima de nuevo.