domingo, marzo 13, 2011

Pourquoi tu vis?

Jeanette había tenido un día malo, pero no supuso que sería peor hasta que recibió la llamada de Luis, por teléfono él dijo “Si te veo a la cara, no podré decirte que esto se terminó”. Aunque suene a cliché, Jeanette dijo que escuchó la voz de David Summers cantando "Temblando" como música de fondo.

Haciendo un rewind mental, Milagros le dijo a un tipo existencialista “Mejor lo dejamos allí” y él dijo “Gracias a Dios que te animaste”, en esos momentos Milagros tuvo ganas de abofetearlo. Años después, el existencialista volvió de uno de sus viajes de autodescubrimiento, le pidió perdón y siguió su camino.

Gerardo no llegó a dormir en toda la noche, y Carla pensó que se había accidentado y a la mañana siguiente apareció y dijo “No puedo seguir esforzándome por una relación en la que ya no quiero estar.” Por orgullo automáticamente dijo “No te voy a retener, puedes irte cuando quieras”. Días después Carla le pidió que se quede, pero Gerardo no dio marcha atrás.

Afuera de una iglesia (No, no era el día de su boda) Carlos le dijo a Elena algo como “Te mereces a alguien mejor”, inmediatamente Elena salió disparada porque empezó a llorar y vio como a unos metros se acercaba uno de los amigos de Carlos.

Hace como quince años Alexandra aprovechó la poca iluminación de noche en la playa y dijo “Necesito tiempo para mi y para mis cosas”. Él volvió varios meses después, pero Alex seguía sin tiempo.

Joana por teléfono, no por cobardía sino por lejanía, pronunció las siguientes palabras “De lejos esto no va a funcionar, necesito espacio y libertad para conocer a otras personas”. Todavía quiere mucho espacio.

Un día espero tomar valor y decir o que me digan de arranque “Simplemente no te quiero y lo que sí quiero es no estar contigo”. Es mejor terminar ciertas historias, para que ambas partes puedan salir adelante.

lunes, marzo 07, 2011

Historias sin principio ni fin

Cuando tenía 14 años, cabellos alborotados, kilos extras producto de todos los triángulos de chocolate Donofrio que comía, habladora hasta los codos y con una sonrisa previa al tratamiento de ortodoncia, el día en que el muchacho X se le ocurría mirarme y decir “Hola”de aquella manera tan diferente al resto, además de las mariposas en el estómago sentía como un gigante feliz saltaba a la cuerda en mi interior.

Transcurridos los días de aquella primera chispa, el muchacho X y yo nos cruzábamos repitiendo las misma miradas, gestos y palabras, mientras el guión de mi película romántica iba avanzando, tal vez con poco diálogo y sin giros dramáticos, pero era mi película al fin y al cabo. Qué decir cuando coincidiamos en una fiesta, aquel muchacho X, tímido por lo general, se acercaba a invitarme a bailar, allí en la pista de baile mi alegría hacía que esos 4 minutos duraran una eternidad.

Por lo general con los tímidos(o con poca determinación) la historia no llegaba a más, todo quedaba en esas anécdotas, pero son las que recuerdo con más ilusión. Hubieron veces, en las que puse la determinación y la historia se hizo realidad, pero bien dice Sabina “No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió.”.

¿Un pajazo mental(*) vale más que una historia que realmente sucedió? Pues creo que para algunos de nosotros sí. No me quejo de las historias que se hicieron realidad, pero como no trascendieron o se fueron enfriando o finalmente acabaron mal, pues las historias inconclusas con los chicos (pseudo) tímidos o que no tuvieron determinación siempre terminan refrescando mi memoria y alegrando mi presente. Hay veces en que siento que el gigante que salta a la cuerda espera paciente a que le de luz verde.




Un videito de la banda chilena Dënver.

(*) Una fantasía que queda solo en tu cabeza, que no se hace realidad, te da satisfacción aunque no sea cierto.