miércoles, julio 15, 2009

Once upon a time...

Esta Caperucita conservaba la frescura de sus años mozos, sonreía siempre y le
gustaba pasear no por uno sino por varios bosques. Ya no era una adolescente, pero si una caperuza reloaded, siempre lista para llevar encargos a su mamá, abuelita, amigas, jefas, profesoras y demás conocidas. No le importaba lanzarse a la aventura, ya sea a pie o en combi, siempre estaba lista para una nueva misión.

Era amiga tanto de lobos como leñadores. Había conocido un buen números de ellos por más de una década. Lobos de todos los tamaños y colores: lobeznos, viejos lobos,lobos wannabe, lobos metaleros de buen corazón, así como leñadores chompita, leñadores floro, hippies y yuppies.

Con ellos tenía muchas anécdotas para recordar, así como con sus otras compañeras caperuzas: fiestas descomunales,cafés y suculentas comilonas, entre otras excursiones. Había sido paño de lágrimas tanto de unos como de otros, también tenía en su haber relaciones no exitosas con algún leñador floro y uno que otro lobo wannabe.

En su historia entre ambos clanes tampoco faltaron peleas cuando alguno de estas criaturas colmaban su paciencia y buen humor. Aunque Caperuza podía aceptar que errar es humano y que ella también metía la pata y dejaba confundidos algunas veces tanto a lobos como a leñadores.

Un día ella dejó el bosque y conoció el Mediterráneo. Ingenua, empezó a conocer nuevos leñadores y lobos de distintas nacionalidades,empezó a tratarlos como si no hubiese diferencia horaria ni geográfica. Esta caperuza al igual que la original era muy confiada y como no encontró otras caperuzas a su alrededor, empezó a tratar con lobos que para ella en el fondo tenían alma de leñadores. Grave error. Este pseudo personaje de cuento ha conocido una nueva especie al que ha denominado Caperuza hunter, que puede ser confundido con viejo lobo o leñador floro.

Este híbrido está acostumbrado al trato con caperuzas y si abriéramos su armario seguro encontraríamos mil y una capuchas coloradas con banderitas de diferentes colores y escudos.

Bien dicen que no hay mejor lugar que el hogar, allí todos sus amigos lobos y leñadores siempre le tienden una mano porque conocen lo que esta caperuza vale.

Ahora nuestra heroina tiene una investigación antropológica que llevar a cabo, porque al parecer en el mundo no solo existen lobos y leñadores.

Hay historias que no se cierran con un colorin colorado sino con puntos suspensivos.