Creo que todas las hipotésis mencionadas son válidas para que un hombre no quiera tener enamorada, novia o esposa, lo que me preocupa es que existan los que se intimiden cuando están cerca de una mujer con iniciativa. No lo había notado hasta antes de acercarme a los treinta, ahora que ya los cumplí es cada vez más evidente. Porque supuestamente una mujer mayor de treinta que invita a un chico a salir es intimidante¿Por qué será? Continuemos con las hipotésis en este caso también : la mujer gusta del caballero,quiere ser más que su amiga, incluso lo ve como el padre de sus hijos, o ella es tan liberada y él está tan bueno que la señorita quiere un one-night stand , y la tercera es que a la chica le cae simpático el chico y quiere conocerlo un poco más. Sea la que sea la opción elegida, me pregunto por qué aún está mal visto que una chica tome la iniciativa, y tenga que esperar a que el hombre en cuestión se acerque primero. Claro que luego es cuestión de piel, si no hay atracción de ambos lados no llegarán a una segunda salida, pero creo que ese es otro tema. Un resultado a futuro no tiene que ver con un primera salida, la cual tiene un objetivo tan primario como el de socializar.
Incluso he comprobado que hay mucha reserva en la mujeres, por ejemplo al sacar a un chico a bailar en una fiesta, pueden estar 15 chicas bailando entre ellas y cerca un buen grupo de solteros, y ninguna se acercará ¡Que roche! ¿Invitarlo a salir? Peor aún ¡Olvídalo!. “Es la lucha de los sexos, nadie quiere ceder” me decía una amiga española mientras esperaba la llegada de un mensaje de texto de un galán al que había conocido. Por cierto, mientras vivía en Madrid conocí a varias que no pensaban dar su brazo a torcer frente a un hombre que les gustaba. Mujeres tan independientes que a la vez creen que acercándose a un chico pierden mágicamente esa “independencia” ganada por nuestro género a través de la historia. En mi master éramos 36 mujeres, una vez todas juntas en Gijón, al menos la gran mayoría, entramos a una discoteca donde abundaban los hombres. Era una discoteca pequeña de pueblo y no de ambiente. Solo una llegò a entablar conversación con un muchacho, y fue él quien se acercó.
Señalo que era un grupo de mujeres de diferentes países, edades y proporciones, pero el prejuicio como siempre viene de ambos lados sin duda. Me parece muy normal tener algo o mucho de tradicional, pero no tanto como para evitar socializar con el sexo opuesto. Parece que no solo las mujeres buscamos al príncipe azul, sino que ellos buscan a la princesa, esa que espera a que la salven de las garras de bruja o el dragón.
*Hoy estaba en tomando un café, y coincidí con Ricardo Badani y cuatro de sus seis mujeres. Observé primero a las mujeres solas, compartiendo una conversación amena, se me hicieron conocidas, luego apareció él y la escena continúo de lo más feliz, pese a quien le pese. No pude resistir y me acerqué a saludar.